jueves, 21 de agosto de 2008

Ventanas

Según el feng shui, el interior de la casa es Yin (protegido, íntimo, privado) en contraposición al exterior que es Yang (abierto, público). Las aberturas (puertas y ventanas) representan conexiones entre uno y otro. A diferencia de las puertas, que son únicamente lugares de tránsito, la ventana permite contemplar el exterior (Yang) desde una posición protegida (el interior, Yin).

En una ventana es posible detenerse y contemplar, meditar, tomarse un tiempo, analizar, evaluar. Una ventana que no permita sentarse a su lado y contemplar, no es una verdadera ventana, es sólo una abertura en la pared.
Una ventana es conexión con el exterior, con la luz, con el aire, con la Naturaleza y con la comunidad. Un cuarto sin ventanas nos aísla y es muy parecido a un calabozo. Un cuarto con una sola ventana recibirá la luz desde un solo lado y a veces se producirá un gradiente de luz-sombra demasiado intenso. Estos cuartos encandilan, tal como encandilan los faroles de un automóvil que, en un viaje nocturno, se nos acerca por la mano opuesta a la nuestra.
Los cuartos más agradables son los que tienen dos ventanas, mirando hacia distintas direcciones. La calidad de la luz siempre es muy superior en este caso.Las ventanas de una casa son sus ojos y los ojos son las ventanas del alma. La ventana permite contemplar al mundo exterior y al mismo tiempo le muestra a éste, el alma de la vivienda, de la familia.

La ventana no es para espiar, no es para mirar sin ser visto. La ventana es para mirar y ser mirado. Las casas que no tienen ventanas al frente o que tienen las persianas siempre bajas adquieren un aire siniestro. Pero, las ventanas sin cortinas o persianas son como ojos sin párpados. Una ventana debe mostrar y ocultar al mismo tiempo. Si es muy obvia, si nos "bombardea" permanentemente con su presencia, pronto perderá su atractivo.
Debido a que una ventana no es una puerta, nunca debe llegar hasta el piso. Una puerta-ventana no es una ventana, es una puerta. Se convierte en un lugar de tránsito y no se siente de la misma forma que una ventana. El antepecho de una ventana debe elevarse unos 50cm del piso en una planta baja y algo más en los pisos más altos.
Una ventana que no puede abrirse no es una ventana. Muchos edificios modernos no tienen ventanas, tienen paredes de vidrio, que es distinto. Las ventanas más lindas son las que se pueden abrir de par en par.

Una ventana no es mejor por ser más grande. Las mejores ventanas son las de vidrio repartido. Nos permiten ver el exterior, pero siempre nos recuerdan que estamos en el interior y protegidos. Una gran superficie vidriada quiebra esta sensación y más bien permite que el exterior nos invada.
Los chinos dicen que por las ventanas grandes se escapa el “chi” o la energía vital. De hecho, por las ventanas de una casa puede escapar hasta el 80% del calor generado en el interior.

La ventana puede ser un descanso y un oasis. La vida moderna nos obliga a usar nuestra vista casi siempre a corta distancia. Leer, escribir, trabajar con la computadora, fuerzan a los músculos del ojo a un trabajo intenso. La ventana que permite ver más lejos relaja al ojo. Cuanto más lejos, más relajada y tranquila la mirada. Cuando la vista de una ventana es pobre y monótona, debemos ayudarla colocando cerca de ella algo interesante y colorido. Una pintura, una planta, flores, cristales que distribuyan la luz en un arcoiris de colores, cualquiera de estas cosas puede ayudar.

Una ventana puede tener significado, que es, quizás, lo más importante. Frente a mi escritorio hay una pequeña ventana a través de la cual se ve un árbol frutal, un quinoto. Ahora está florecido y apenas comienzan a insinuarse los frutitos que madurarán en el invierno. La vista de esta ventana me ayuda a ser paciente, me recuerda que las cosas tienen su ritmo natural de desarrollo, que los frutos de mi trabajo de hoy madurarán en el mañana.Una ventana también puede motivar y enseñar.
Marcelo Viggiano

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