jueves, 2 de junio de 2016

La Mente Subconsciente


La mente subconsciente es como un disco duro, en el que se almacenan las experiencias directas que hemos vivido a lo largo de todas nuestras vidas. En su mayoría son comportamientos grabados de estímulo-respuesta. Los estímulos que desencadenan esos comportamientos pueden ser señales que el sistema nervioso detecta en el mundo exterior o señales procedentes del organismo, tales como emociones; placer o dolor. Cuando se percibe un estímulo, se desencadena de forma automática una respuesta que fue aprendida cuando se detectó ese estímulo por primera vez. Es por eso que cuando nos damos cuenta de la naturaleza automática de alguna de nuestras reacciones, solemos decir que es como si “hubiéramos tocado un resorte”.

Las decisiones se toman sin que nos demos cuenta conscientemente. Esto es porque existen millones de memorias inconscientes en nuestras mentes subconscientes y esas memorias son las que toman las decisiones por nosotros.

El subconsciente, es el procesador de información más poderoso que se conoce, examina el mundo que nos rodea y las señales internas; percibe las condiciones del entorno y reacciona de forma inmediata, seleccionando el comportamiento previamente adquirido y todo esto sin ayuda de la mente consciente.

Cuando desarrollamos un comportamiento preprogramado, el consciente puede intervenir deteniendo la reacción y creando una nueva respuesta. De esta forma el consciente nos confiere libre albedrío. De esta forma dejamos de ser victimas de la programación de nuestro subconsciente. Pero para lograrlo, hay que estar muy atentos, ya que en caso contrario el subconsciente toma el mando rápidamente.

Cuando el consciente está soñando despierto, creando planes de futuro o reviviendo experiencias pasadas, el subconsciente se encuentra a mando, manejando con eficacia los comportamientos requeridos en ese preciso instante, sin la supervisión del consciente.

El consciente, es la voz de nuestros pensamientos. Puede tener grandes visiones o planes de futuro llenos de amor, de prosperidad y de felicidad. Pero mientras ocupamos nuestra mente con estas ideas felices, ¿quién se encarga de dirigir la función? El subconsciente. ¿Y como lo hace? Justo como le han enseñado a hacerlo. Es posible que los comportamientos subconscientes que llevamos a cabo sean consecuencia de experiencias acumuladas a lo largo del tiempo. Y es posible, que los comportamientos subconscientes no estén de acuerdo con las metas planteadas por el consciente. El mayor obstáculo para conseguir el éxito en aquello que soñamos son las limitaciones programadas en el subconsciente. Estas limitaciones no solo influyen en nuestro comportamiento, sino que también juegan un papel muy importante en nuestra salud y nuestra fisiología.

Los pensamientos positivos tienen un gran efecto sobre el comportamiento y los factores hereditarios, (genes), pero solo cuando estamos en armonía con la programación de nuestro subconsciente.

El subconsciente tiene una capacidad de procesar infinitamente superior al consciente. Pretender escrudiñar con nuestro consciente el inmenso agujero negro de nuestro subconsciente, es como buscar una aguja en un pajar.

Mientras los recuerdos están dormidos, acomodados en el fondo del subconsciente, no nos ocasionan ningún problema. Las personas que se nos ponen en la vida, las visitas a ciertos lugares o las situaciones de la vida hacen que esos recuerdos y memorias se despierten. De ese modo, se convierten en pensamientos y se manifiestan. Por eso es muy importante ser consciente de que las personas aparecen en nuestra realidad para darnos otra oportunidad. La oportunidad de responsabilizarnos del 100% de lo que nos ocurre en la vida. Y poder decir: “Lo siento”,”perdón”, “te amo”, “gracias”, por esto es que está en mí, que yo lo he creado.

Si el tema no estuviese dentro de nosotros, no lo podríamos percibir. Los problemas son simplemente una repetición de nuestros recuerdos.

Aquí es donde entra en juego Ho´oponopono actualizado.

Ho´oponopono se basa en tres pilares fundamentales:

* Asumir la responsabilidad del 100% de todo lo que nos pasa en nuestra vida. Tenemos que aprender a decir “Lo siento, perdón, te amo, gracias, por aquello que está en mí y ha creado esto”. Al tomar la responsabilidad, nos perdonamos a nosotros mismos. Como tenemos recuerdos y memorias en común, es suficiente que uno tome la responsabilidad de realizar el proceso para que esos recuerdos se borren, tanto de uno como de los demás. Pero, recuerda, que cuando hacemos esta limpieza, la hacemos por nosotros, no por el otro.

* No utilizar el intelecto en el proceso. El intelecto no conoce la esencia de la realidad y hay una parte nuestra que sabe lo que es correcto y además, como hacerlo. Si le permitimos que esa parte nos guíe, nos llevará por el camino perfecto para nosotros. El proceso de sanación no puede hacerse mediante un acto consciente o un acto mental. Como dice Eckhart Tolle en su libro El Poder del Ahora: La mente nunca puede encontrar la solución ya que ella misma es parte intrínseca del problema”. El intelecto no tiene la capacidad de asimilar y valorar la información que se presenta en relación a cualquier problema.

* Estar dispuesto a soltar. A poner la otra mejilla. A no tener razón. A que las cosas no sean como uno quiera. En este proceso el ego deja de existir. Porque el otro, eres tú.


“Como dos pájaros dorados posados en un mismo árbol, amigos íntimos, el ego y el Yo habitan el mismo cuerpo. El primero come los frutos dulces y agrios del árbol de la vida, mientras el segundo observa con desapego"
El Upanisad Mundaka

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