El Primer Nivel, que corresponde al cuerpo, expresa la tesis de base, fundamento de todo trabajo que tenga lugar sobre el plano de la experiencia: si mi cuerpo no funciona bien, si estoy enfermo, paralizado, si uno de mis cinco sentidos está gravemente afectado, es evidente que ello limita mis experiencias. La sabiduría del proverbio "mens sana in corpore sano" es mucho más profunda de lo que comúnmente se cree: ¡es mucho más que un reclamo publicitario para un gimnasio o un centro de estética!.
El mental sólo es libre de trabajar, y, por tanto, de aprehender la Realidad, si el cuerpo está lo más sano posible, y quienes practican la meditación lo saben bien: las primeras tentativas de mantener una postura permaneciendo impermeables a las solicitaciones del universo físico, nos hacen descubrir de golpe que nuestro cuerpo produce millares de estímulos. De repente tenemos necesidad de deglutir, se sienten picores por todas partes, las curvaturas... No es sino por el entrenamiento asiduo que se aprende a observar con indiferencia estas solicitaciones, sin dejarse implicar al nivel emocional.
El Primer Nivel apunta al restablecimiento de este equilibrio físico primario y a eliminar los bloqueos energéticos que se han fijado en el curso de una vida sin regla e irregular. El mental y el físico son complementarios el uno del otro: poner en cuestión toda certeza adquirida, descubrir nuevas realidades, vivir nuevas experiencias...
Si se olvida todo eso, si se pierde este sentido natural de maravillarse que todo niño conoce, frente a los misterios de la vida, si se abandona el anhelo constante de aprender, los sueños, la fantasía, comienza entonces el envejecimiento interior, todo se esclerosa.
Actualmente numerosos investigadores afirman que la vejez es sobre todo un fenómeno interior, y que se desencadena cuando el hombre abandona sus sueños, cuando deviene prisionero de su rutina y se limita a vivir de la forma menos desagradable posible a la espera de la muerte.
Por una parte, el signo de la vejez es la rigidez, tanto al nivel físico (artritis, esclerosis, etc.) como psíquico (incapacidad de aceptar las ideas nuevas, idealización de su propia "experiencia"...) Por otra parte, el símbolo de la juventud es la flexibilidad del arroyo, la capacidad de adaptarse a las circunstancias, una buena dosis de anticonformismo, un cuerpo ágil y ligero.
No se trata necesariamente de relacionar la juventud y la vejez con la edad biológica, y no es un cumplido decir que se puede ser viejo a los veinticinco años y joven a los setenta: podremos ver ejemplos vivientes de ello si nos tomamos la molestia de observar.
Las técnicas del Segundo Nivel tienen por objeto, entre otros, el de restablecer esta flexibilidad interior.
EL TRATAMIENTO MENTAL El estrés, los contratiempos, una infancia difícil... son algunas de las causas que pueden engendrar el hundimiento, el desánimo, o una depresión nerviosa, un insomnio, y así sucesivamente; en breve, todo este bagaje de problemas psicológicos y emocionales que cualquiera ha sufrido al menos una vez en su vida. A menudo, estos problemas se "curan" de la misma manera que las enfermedades físicas: por medio de ansiolíticos, de calmantes que los hunden más todavía en nosotros, a reserva de dejarles reaparecer en el momento menos oportuno. Estos problemas contenidos engendran una fatiga creciente con el curso de los años, y a ella reaccionamos erigiendo barreras cada vez más sólidas entre nosotros y la Realidad; pronto nos encontramos prisioneros de un universo ilusorio, constituido por nuestras proyecciones mentales erróneas. Un puesto de trabajo estable y una buena cuenta bancaria no pueden reemplazar sino muy pobremente la plenitud de una vida auténtica, digna de ser vivida; no es por casualidad que el fenómeno de los yuppis haya arraigado precisamente en una época desprovista de valores y perspectivas.
En consecuencia, muchos hombres comienzan a pensar negativamente: descorazonados, desalentados, abandonan toda esperanza de autorrealización... y desencadenan de pronto este proceso de envejecimiento interior del que acabamos de hablar. El Segundo Nivel ofrece un remedio a esta forma de inadaptación frente a la Realidad, y frente a los problemas psicoemocionales que se derivan de aquélla: el tratamiento mental. Se trata de un don preciosísimo del Reiki, que a partir de aquí se aleja cada vez más de las curaciones por imposición de manos tal como se las practica en otras tradiciones.
En efecto, en el curso del seminario del Segundo Nivel, se aprenden algunos de los símbolos que Usui redescubrió y que se convierten, de este momento en adelante, en los elementos centrales de los tratamientos, comprendidos los del Primer Nivel, que se encuentran así notablemente reforzados.
El tratamiento mental no se limita a reequilibrar el mental, pues el enfoque holístico nos muestra que toda terapia no puede dejar de implicar, de una forma u otra, el conjunto de los tres planos. Es interesante aplicar este tratamiento a las plantas y a los animales, pues podemos comprobar que refuerza la vitalidad y que la vida existe verdaderamente en toda manifestación. La forma en que se ha de canalizar el Reiki a este nivel, exige un compromiso mayor que antes.
En el Primer Nivel, en definitiva, no se es más que espectador del proceso de curación, mientras que aquí es esencial emitir formas de pensamiento positivas durante el tratamiento. No debemos alimentar ningún prejuicio sobre lo que es bueno o malo para nuestro paciente, con el fin de no influenciarlo. Un solo pensamiento debería guiar nuestras acciones: la intención de ayudarle a alcanzar su equilibrio interior.
Ello nos lleva a considerar la diferencia fundamental entre ambos niveles: el Primero, al igual que el cuerpo, expresa una dimensión horizontal, global; es abierto, se le puede aconsejar a todo el mundo, independientemente de la edad, de la maduración, de las motivaciones interiores. El Segundo, como el mental, encarna la verticalidad, el dinamismo, y exige una elección profunda y fuertes motivaciones para poder practicarlo.
Nunca lo repetiremos bastante: hay que desconfiar de toda vulgarización del Reiki si se presenta como un bien de consumo, sobre todo en lo que concierne a los Niveles Segundo y Tercero, pues se corre el riesgo de desnaturalizar su esencia, y su sentido profundo al nivel de la experiencia. Lo que, por desgracia, sucede demasiado a menudo. El hecho de obtener el Segundo Nivel porque "está de moda", o por enriquecer nuestra "colección" de iniciaciones, o incluso bajo la presión de un reclamo publicitario, significa que no se ha comprendido nada del Reiki. No se sacará de ello, pues, nada positivo.
PRÁCTICA DEL TRATAMIENTO MENTAL
- -Al igual que para el tratamiento de base, es esencial hacer siempre un ciclo completo de cuatro sesiones durante cuatro días consecutivos.
- -Cada tratamiento exige de 15 a 20 minutos, por término medio.
- -En las indicaciones prácticas concernientes al Segundo Nivel, hablamos de la mano derecha suponiendo que ésta sea la mano escogida para recibir la iniciación de los símbolos; si por el contrario, la mano "iniciada" es la izquierda, hay que invertirlo todo.
- -Efectuad el Centrado del corazón sobre vosotros mismos.
- -El sujeto deberá sentarse cómodamente, con los ojos cerrados; colocaos detrás suyo, con vuestras palmas hacia sus hombros. Trazad el primer símbolo sobre su persona y repetid mentalmente su nombre por tres veces.
- -Acercaos al sujeto y, con vuestra mano derecha, trazad en primer lugar el segundo símbolo y a continuación el primero detrás de su cabeza. Acordaos siempre de repetir mentalmente los nombres de los dos símbolos cada vez que los tracéis.
- -Colocaos a la derecha del sujeto, con la mano izquierda sobre su nuca y la derecha sobre la parte superior de su cráneo.
- -Visualizad en primer lugar el segundo símbolo, y a continuación el primero, sobre la nuca, pronunciando mentalmente sus nombres por tres veces.
- -Pronunciad mentalmente el nombre y apellido del sujeto por tres veces.
- -Visualizad la energía que entra en vosotros por la parte superior de vuestro cráneo, os llena por completo, y se desborda finalmente por vuestra mano derecha para entrar en el paciente.
- -Formulad mentalmente y repetid por tres veces una frase tipo "Te llenas de luz, de energía, de amor".
- -Sed símplemente testigos de lo que sucede: dejad que la energía os atraviese para alcanzar a vuestro paciente, sin intervenir.
- -Alejad de él vuestras manos y frotadlas dulcemente para interrumpir el contacto.
- -Acariciad su aura por tres veces, de arriba abajo.
Giancarlo Tarozzi
Bien hallada Andaria.
ResponderEliminarBuscando conocimiento di con tu blog , el cual me ha encantado ,dándote ánimos a que continúes , iluminando a los que estamos en la búsqueda del yo .
Namaste, mucha luz
Hola Buscador.... todo llega cuando tiene que llegar, y es ahora que recibo tu comentario y tus ánimos para continuar con el blog.... Muchísimas gracias por tu mensaje.
ResponderEliminarNamaste
Qué linda y útil página!
ResponderEliminarTe agradezco mucho, porque contigo aprendí cosas nuevas e importantes.
Un abrazo de Luz
Juani
Muchas gracias por tus palabras Juani, me alegra mucho tu comentario.
ResponderEliminarAmor para tí en cada instante de tu vida!
Gracias, x enriqeser mi 2 nivel....
ResponderEliminarGracias, he estado buscando información para profundizar sobre reiki y los pasos a seguir para el tratamiento mental-emocional. Bendiciones!
ResponderEliminarAnónimo, Diego, gracias a vosotros por vuestros comentarios. A mí personalmente, también me ayudó mucho leer el libro de Giancarlo Tarozzi, por eso quise traer lo que más me sirvió y compartirlo con quienes encuentren este rinconcito. Que la luz os ilumine en cada momento.
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