El término "honrar" tiene connotaciones demasiado serias para un occidental. Suelen considerar que el ser humano es demasiado imperfecto para honrarle.
Pero, dejando aparte sus carencias, ¿por qué no vas a rendir homenaje a la nobleza y generosidad que puede poseer un ser humano?.
Para el pensamiento oriental, "honrar" tiene un significado cercano a "respetar" y "agradecer".
¿Por qué no reconocer la contribución que tus padres y maestros han hecho a la existencia, a pesar de todos sus errores? ¿Por qué no amar en ellos precisamente lo que tienen de humanos, de imperfectos? ¿Por qué no admirar la forma que tienen de asumir su condición humana, sus sufrimientos?
Por ejemplo, Mikao Usui inspira respeto por la integridad y la honestidad con las cuales se dedicó a su búsqueda espiritual, por la valentía y generosidad con que se enfrentó a la tarea de aliviar enfermedades y sufrimientos, por la comprensión con la que elaboró su sistema de curación.
A pesar de todos sus errores, tus padres se merecen tu respeto y tu gratitud, aunque no sea más que por haberte dado la vida y por los sacrificios que han tenido que hacer para sacarte adelante.
Tus hijos se merecen tu respeto en virtud de esta vida y esta conciencia que se están despertando en ellos.
Y ¿qué pasa contigo mismo? Podrías empezar por tratarte con respeto y gratitud; tus relaciones con los demás se transformarán.
Todo ser humano, sea quien sea, vecino, enemigo, incluyéndote a ti mismo, merece que te dirijas con respeto a esta chispa de amor y conciencia que brilla en su centro.
Síntomas que pueden proceder de la falta de respeto hacia el prójimo: paranoia, esquizofrenia, falta de autoestima, problemas de relación, enfermedades renales.
Autora: Chinta B. Strübin
No hay comentarios:
Publicar un comentario