sábado, 16 de agosto de 2008

5.- Muéstrate agradecido por todo lo que ves

Abraza un árbol, mira a un niño a los ojos, extiende los brazos hacia el cielo, escucha el zumbido de una abeja o el canto de un pájaro, acaricia a tu gato..... y estate atento a "lo que está por detrás".

Detrás de las cosas más bellas, como detrás de las cosas más feas, encontrarás un denominador común: la vida.

Quizás este precepto sea el más exigente de todos y el que tiene mayor capacidad de transformar al ser humano.

En efecto,
te será fácil reconocer la vida que hay detrás de lo que te es favorable, detrás de lo que está de acuerdo con tu representación de lo real y detrás de lo que responde a tus ilusiones.

Pero ¿cómo puedes llegar a reconocer la vida en el corazón de tu enemigo, de tu sufrimiento o de tu muerte?.


Y, sin embargo, todo esto forma parte del Todo, de ese juego magistral de equilibrio entre los contrarios sin el cual la vida no sería posible.

Detrás de todas las facetas de todos los colores encontrarás una sola fuente.

Con la aplicación de este precepto, acabarás perdiendo poco a poco la noción habitual de bien o mal, de lo afinado o lo desafinado, de la vida o de la muerte,
al comprender que esta dualidad no es más que el reflejo ilusorio de una "causalidad global".

Síntomas posibles, al negar el curso natural de la vida como por ejemplo, reprimir los conflictos en vez de vivirlos y resolverlos: La vida pierde su sentido: cáncer, sida.


Estos cinco preceptos son una herramienta extraordinaria, pese a su simplicidad, gracias a la cual puedes descubrir aquellas actitudes tuyas que agotan tus energías y que acaban por hacer que caigas enfermo.

Para ello es suficiente que en cada momento te observes y te plantees la siguiente pregunta:

"Mis pensamientos, mis actitudes y mis acciones ¿están en línea con estos preceptos o no?"

Si lo están, tanto mejor; si no lo están, de acuerdo,
¿cómo puedo volver al camino adecuado?

Cada vez estarás en mayor consonancia con estos principios, tu actitud frente a la vida será más positiva y dispondrás de más energía para tí y para lo que quieras hacer.

Si estás enfermo o triste, pregúntate con cuál de estos principios estás en mayor desacuerdo y esfuérzate por encontrar los motivos por los que estás así. Y en cualquier caso, detrás de cualquier circunstancia, aún detrás de aquellas que a la larga no te van a volver a ser útiles, siempre puedes encontrar algún aspecto positivo, aunque sólo sea de rechazo: "bien, si me pongo malo, se ocuparán de mí".

Así pues, el trabajo consiste en encontrar una solución que te permita conseguir lo que deseas, pero sin sufrir los efectos secundarios negativos.

Una meditación diaria sobre estos preceptos te prepara un terreno fructífero en el que tu ser puede alcanzar el máximo de su potencial espiritual y material.

Sigue regando tu jardín y un día lo verás florecido, en todo su esplendor.

Autora: Chinta B. Strübin

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