martes, 26 de agosto de 2008

Primer Nivel. El cuerpo

PRIMER NIVEL. PLANO FÍSICO: EL CUERPO

Ya hemos dicho que, en el proceso general de curación por el Reiki, el Primer Nivel corresponde al plano físico. Vamos a ver ahora cuál es la función del Reiki a este nivel, recordando no obstante que los tratamientos aconsejados no pretenden ser exhaustivos, y que no representan esquemas dogmáticos; se trata más bien de la proposición de una terapéutica global, estudiada con el fin de implicar todos los órganos internos del paciente.

El Reiki actúa sobre todo en la raíz de los problemas; será pues, importante efectuar tratamientos completos siempre que sea posible, antes que intervenir sobre un síntoma; el síntoma puede ser tratado en caso de urgencia (migraña, crisis de artritis), pero en cuanto sea posible habrá que reequilibrar la situación en su conjunto a través de un ciclo completo de tratamientos.

Todo lo escrito sobre los tres Niveles no es para reemplazar la enseñanza directa: la experiencia global de los tres Niveles desarrollada por un Maestro no puede ser transmitida más que por una relación directa capaz de abrir los canales energéticos a través de las iniciaciones.

Tan solo es una mera información, tanto para quienes aún no se han decidido a recibir Reiki, como para quienes ya han tenido la experiencia con el Reiki y desean iniciarse y ponerlo en práctica, les puede servir como manual de referencia.
EL TRATAMIENTO DE BASE CUÁNDO Y CÓMO EFECTUARLO

Para que el Reiki actúe es preciso que el paciente desee verdaderamente curarse. El terapeuta, en efecto, no es sino un puente entre la energía universal y su paciente.

Contrariamente a otros terapeutas, no actúa nunca sirviéndose de su propia energía o de su propia voluntad: ello evita que el paciente se deje sugestionar y que las energías personales de ambos se mezclen, lo que podría revelarse novicivo.

En ausencia de la voluntad de curarse, el tratamiento es casi completamente inútil.

Tiempo previsto para el tratamiento de base
El ciclo completo prevé cuatro sesiones, a efectuar imperativamente en cuatro días consecutivos. El proceso de curación comienza a menudo durante el tercer tratamiento, según un esquema análogo al que hemos enunciado a propósito del ciclo de las cuatro iniciaciones.

Las condiciones generales del paciente pueden agravarse, y los síntomas que los medicamentos habían ocultado pueden reaparecer: el paciente debe estar al corriente de este hecho para evitar que, frente a esta agravación aparente, reacciones rehusando el tratamiento.

A menudo, durante esta fase, el paciente llega a reconocer claramente las causas interiores de su mal y lo que debería hacer para eliminarlas. Si no acepta planteárselas, es en este momento cuando rechaza todo tratamiento. Por el contrario, si aguanta bien hasta el cuarto día, habrá que ayudarle a hacer frente a sus cambios interiores.

Terminado el ciclo, es necesario examinar cada caso individualmente para saber si los tratamientos deben continuar todos los días, cada dos días, cada semana, etc., si os encontrais en vuestras primeras aproximaciones al Reiki, hablad de ello con el Maestro que os ha iniciado al Reiki. Más tarde, aprendereis a seguir vuestra intuición.

Recordad que en principio es siempre mejor efectuar un tratamiento de base cuando existen problemas mayores, mientras que para los problemas pequeños un tratamiento local puede resultar suficiente.

Centrado del corazón
Llevad vuestras manos horizontalmente a la altura de vuestro corazón, en medio del pecho: deberán tocarse. Concentrad a continuación vuestra atención sobre el corazón, hasta que estéis en armonía con este chakra. Ello os permitirá desarrollar una actitud objetiva frente al tratamiento, sin que la energía sea limitada por vuestra implicación emocional.

Ello evita al mismo tiempo que la energía del terapeuta y la del paciente se mezclen, permitiéndoles estar recíprocamente en armonía.

No es posible sujeción alguna: el paciente nunca es obligado a eliminar los efectos de su enfermedad como sucede en la medicina oficial; por el contrario, es alentado a actuar sobre sí mismo para eliminar las causas de aquélla.

En cuanto el terapeuta, no corre ningún riesgo de cargarse con los problemas del paciente y no se fatiga en el curso del tratamiento.

ANTES DE COMENZAR EL TRATAMIENTO
  • a)Invitad a vuestro paciente a despojarse de su calzado, sus collares, brazaletes, anillos u otros objetos metálicos (cinturón, gafas, etc.,); debería asimismo desabrocharse los vestidos para estar a gusto y distendido en el curso del tratamiento.
  • b)Haced que todo suceda en un medio agradable para ambos; una luz suave, una música de relajación, incienso, por ejmplo. Haced todo lo posible para que no os molesten durante la sesión (teléfono, timbre, etc.). Cada posición exige un mínimo de tres a cinco minutos. Colocaos detrás de vuestro paciente y haced en vosotros mismos el Centrado del corazón.
Tratamiento de Base. Primera Fase:
  • a)Tratad los ojos: vuestros pulgares se tocan al nivel de la frente del paciente.
  • b)Tratad las sienes, manteniendo vuestras manos al lado de sus orejas.
  • c)Llevad vuestras manos por debajo de la nuca: desplazad vosotros mismos muy suavemente la cabeza del paciente. Éste no debe moverla espontáneamente; si la desplaza, invitadle a que os deje hacer. Si no tiene en cuenta vuestras indicaciones, no insistais y continuad el tratamiento como mejor podais.
  • d)Mantened una de vuestras manos por detrás de la nuca del paciente, y llevad la otra a su frente.
  • e)Tratad la parte superior del cráneo: vuestras manos unidas pueden apuntar hacia lo alto o hacia abajo, según qué posición os parezca más cómoda.
  • f)Tratad la garganta rodeándola con vuestras manos; sin embargo, es mejor no tocarla, o, en todo caso, apenas rozarla.

Tratamiento de Base. Segunda fase:

Cada posición demanda un mínimo de tres a cinco minutos.
  • a)Poned vuestras manos sobre el costado derecho del paciente; la mano derecha se encuentra más arriba que la izquierda, justo por debajo del seno, con la palma a la derecha del eje central de su pecho.
  • b)Repetid esta posición sobre el lado izquierdo, desplazando primero vuestra mano derecha.b-bis)Si experimentais una sensación particular en la mano derecha, es que el bazo tiene la necesidad de Reiki: en tal caso, hay que efectuar una posición suplementaria que consiste en desplazar vuestra mano derecha sobre el costado del paciente, sin tocar forzosamente a la otra mano.
  • c)Tratad la cavidad torácica: en primer lugar, posicionad la mano derecha y a continuación la izquierda, de forma que no se interrumpa nunca el contacto físico.
  • d)Si no llegáis a cubrir todo el vientre del sujeto con la posición c), volvedla a hacer un poco más abajo.
  • e)Colocad vuestras manos formando una V sobre el hueso pubiano: para hacer esto, desplazad en primer lugar la mano izquierda, con la punta de los dedos apuntando hacia la parte superior del cuerpo del paciente y la palma sobre el hueso; luego, desplazad la derecha y colocadla en el otro sentido. Las manos deben tocarse en el vértice de la V.
  • f)Colocad la mano izquierda sobre el esternón, con la palma entre los senosy la punta de los dedos hacia lo alto del cuerpo; desplazad la derecha de tal modo que forme una T con la otra mano, y que cubra los dedos de ésta hasta las articulaciones. El pulgar derecho debe tocar los dedos de la mano izquierda.
Alejad vuestras manos del paciente y pedidle que se dé la vuelta sobre el vientre para comenzar la tercera fase. Si se da el caso, ayudadle a encontrar una postura cómoda, por ejemplo, poniéndole cojines bajo el mentón y bajo los tobillos.

Tratamiento de Base. Tercera fase

Seguid una de las dos versiones que os proponemos a continuación; de todos modos, durante el tratamiento, podéis pasar de una a la otra si vuestra intuición os lo sugiere.

Primera versión:Cada posición exige e tres a cinco minutos.

  • a)Colocad vuestras manos unidas lo más arriba posible en relación al eje del cuerpo de vuestro paciente, a la izquierda de la columna vertebral y sin tocarla.
  • b)Repetid la misma posición a la derecha de la columna vertebral, desplazando primero vuestra mano derecha, que se encuentra más arriba; cuidad, sin embargo, de no tocar la columna.
  • c)Tratad de nuevo a la izquierda de la columna vertebral, con vuestra mano derecha sobre la mitad inferior de la posición que ocupaba hace un momento vuestra mano izquierda.
  • d)Volved al lado derecho, y continuad descendiendo, desplazando vuestras manos alternativamente del costado derecho al costado izquierdo, y viceversa, hasta el nivel del cóccix.

Segunda Versión: Cada posición exige de tras a cinco minutos.
  • a)Colocad vuestras manos lo más arriba posible sobre las paletillas de vuestro paciente: vuestra mano izquierda debe ir por delante, sobre el costado derecho de su cuerpo. Vuestras manos no deben tocarse, y no deben tocar tampoco la columna vertebral.
  • b)Desplazad en primer lugar la izquierda y a continuación la derecha, apenas más abajo del punto a).
  • c)Continuad de ese modo hasta el cóccix.



Fase común para ambas versiones: Cualquiera que sea la versión escogida, para acabar el tratamiento de la espalda debereis continuar según las indicaciones siguientes:
  • a)Para tratar la columna vertebral, la palma de vuestra mano izquierdo debe apoyarse sobre el sacro apuntando hacia lo alto del cuerpo; para ello, vuestra mano debe ser encajada entre las nalgas, con los dedos apuntando hacia lo alto del cuerpo. La mano derecha debe posicionarse de modo que forme una T con la otra.
  • b)Sin desplazar la izquierda, llevad la derecha hacia arriba hasta el cerebelo, allí donde la columna vertebral se encaja en el cráneo. Mantened esta posición hasta que percibais lo mismo, sea lo que sea, en ambas manos Esta posición reequilibra la energía que circula a lo largo de la columna vertebral. Puede ser muy fatigante para el terapeuta.
  • c)Colocad vuestra mano izquierda sobre la corva de la rodilla derecha del paciente, y vuestra mano derecha sobre la corva de la izquierda. Para ello, colocaos al costado del sujeto a tratar.
  • d)Desplazando en primer lugar la mano izquierda y a continuación la derecha, cubrid las plantas de sus pies; es esencial tocar los dedos de los pies. Podéis hacer esto de dos formas diferentes.-manteniéndonos siempre al costado del peciente, con vuestras palmas sobre sus talones y los dedos de vuestras manos sobre los dedos de sus pies;-tomando posición detrás de sus pies, vuestras palmas sobre los dedos de sus pies y los dedos de vuestras manos sobre sus talones.
  • Para concluir acariciad el aura del paciente por tres veces, manteniendo, sin embargo, una mano sobre su cuerpo (por ejemplo, tocándole una pierna), pero cuidad de que vuestra mano no pase por encima de su cuerpo cuando la llevéis hacia arriba. El aura es un campo energético que rodea y envuelve el cuerpo físico; en consecuencia, para acariciar el aura en los tratamientos del Reiki hay que seguir los contornos del cuerpo a una distancia de aproximadamente 20 centímetros.


Seguidamente, alejad vuestras manos y dejad al paciente en libertad de abrir de nuevo sus ojos cuando lo desee.
Tratamientos en grupo:
Si la ocasión se presenta, es muy interesante organizar el tratamiento de base en grupo; dos o más terapeutas canalizan el Reiki al mismo tiempo, donde, por ejemplo, uno parte de la cabeza del paciente y el otro de su pecho, o bien tratan cada uno una mitad del cuerpo. Naturalmente, esto se acordará de antemano, con el fin de evitar toda superpisición, toda acción no armoniosa.
Este tratamiento en grupo exige menos tiempo, y el paciente recibe una dosis masiva de energía, pero como esta experiencia es difícil de describir, os aconsejamos ensayarla al menos una vez.
Por sus características, se recomienda este tratamiento en los casos más difíciles, o bien en presencia de enfermedades crónicas.


Giancarlo Tarozzi

2 comentarios: