Hablando sólo sobre la última digamos que el amor espiritual es el dedicado a la humanidad. Es una energía cósmica implantada por Dios en sus criaturas. Es la vida, misteriosa y eterna y la chispa que lleva dentro (Dios Inmanente) que debemos cultivar para bien del prójimo. El amor espiritual, como toda forma de energía, no puede perderse. Simplemente no se ha llegado a él, fuente eterna que el hombre debe alcanzar.
La energía espiritual concierne a la vitalidad suprafísica; es un epicentro del que surgen las manifestaciones del hombre como constructor y mantenedor de la estirpe y sus realizaciones, lo que equivale a decir, el derrotero espiritual de la humanidad. De esta energía dependen las realizaciones psíquicas, mentales y espirituales. Esta energía emana de una fuente no manifestada: el alma.
Toda energía se manifiesta por su acción. Y la energía espiritual actúa a través de la inspiración, la fe, la sugestión, el magnetismo, la telepatía, la clarividencia, la precognición, etc. La energía espiritual es la emanación de todas las virtudes, poderes y conocimientos atesorados por el alma en sus muchas encarnaciones.
Quien sabe pedir a su alma información, poderes, conocimiento, será capaz de captar la respuesta y, eventualmente, disponer y usar del material puramente espiritual que su propia alma, recónditamente enraizada en los tiempos, guarda.
Es un manantial inagotable, siempre disponible, al que se puede acudir lo mismo que a las energías físicas, cuando surge la necesidad (si se necesita fe para emprender una empresa, para impetrar una sanación, inspiración para una obra de arte, la cooperación de alguien para un asunto de vital importancia). Nada hay imposible para el hombre a condición de saber proveerse de energía espiritual y hacer que se constituya en fuerza causal.
Esta energía inspira las iniciativas entusiastas, idealistas, desproporcionadas con las capacidades y los medios disponibles. Su fuego contagia e infunde buena voluntad, inspira ideas, busca aliados, imanta voluntades, moviliza todas las fuerzas y los ánimos y puede realizar actos heroicos. El ejemplo de Ghandi es un modelo de energía espiritual. Su no violencia derrotó al ejército inglés, doblegó la soberbia imperial y fundió en una voluntad los millones de voluntades de la India.
Para la energía espiritual no importa la debilidad física y aún los achaques. Quien posee este atributo divino puede ser un héroe pese a toda dificultad, pues la Gracia le da todas las potencias que necesita.
Que dios que ni ocho cuarto, nosotros mismos decidimos nuestra vida.Empezando por las energias, asi se cambia al mundo, cambiando energias
ResponderEliminarNamastè
Dios, para muchisima gente es, lo que la Energía para otra muchísima gente...
ResponderEliminarAmor para tí en cada instante de tu vida