Símplemente, deja de enfadarte, sólo hoy. Párate a pensar. ¡Qué liberación! En lugar de sentirte mal, de dejar que la cólera te domine y de malgastar inutilmente tus energias, podrías seguir tranquilo, en posesión de todos tus recursos y encontrar una solución inteligente al problema que se te plantea.
No se trata de reprimir los arrebatos de cólera, al contrario, la cólera es una cualidad de la eneregía vital que tu organismo genera para intentar modificar el curso de los acontecimientos que no parecen querer desarrollarse tal y como a ti te gustaría.
¡Reflexiona! Piensa en la última vez que te enfadaste. ¿Por qué fue? ¿No fue, a fin de cuentas, porque aquella persona, tal vez tú mismo, o aquella situación, no se comportó como tú hubieras querido? Te enfadaste porque el niño no había ordenado sus juguetes, te enfadaste porque, una vez más, se te olvidaron las llaves.
Harás bien en buscar buenas excusas, y las encontrarás. Pero detrás de todo movimiento de enfado encontrarás el mismo mecanismo: "Eso no sucede como yo quiero, me acerca a mi límite, y si me enfado, puedo llegar a sobrepasarlo". Pero en el movimiento de cólera distinguimos dos aspectos: uno positivo y otro negativo.
Por un lado, el organismo moviliza sus energías para que se cumpla una voluntad que, subjetivamente, se percibe como vital, pero, por otro lado, esta energía acaba por tener un efecto negativo porque la mente la vincula a una voluntad egótica, emocional, que quiere conceder privilegios al indivíduo en detrimento de los intereses de una o de varias personas, o del Todo.
Se trata de una voluntad egoísta que se niega a ver y aceptar la realidad en su conjunto, tal y como es.
Pongamos por ejemplo, que ya llegas tarde y te encuentras en pleno atasco. Tienes una entrevista importante y, poco a poco, vas perdiendo la paciencia. La energía empieza a hervir en tu interior, querrías poder empujar a todos esos coches que te impiden avanzar. El huracán va subiendo poco a poco desde el vientre a la cabeza y acaba por nublarte la razón. Empiezas a pitar, sales del coche y empiezas a insultar a la persona que impide el paso, o, aún peor, pisas el acelerador y arremetes contra el coche que tienes delante. Al final, has empeorado la situación.
El reiki te propone que permanezcas en el espíritu del reiki hasta donde quiera que llegues, es decir, perfectamente centrado y el espíritu claro, con toda la energía de la que dispones presente en tu corazón.
Así tendrás una ocasión para aprovechar las oportunidades que la existencia te brinda: por ejemplo, podrás descubrir un camino alternativo que rodee el atasco, llamar por teléfono para avisar de que te vas a retrasar, etc. Inténtalo; en vez de enfadarte.
Te asombrará como por encanto, cambiando tu actitiud frente a la misma situación, puede cambiar la situación misma.
Pongamos otro ejemplo: te has enfadado con un colega que te ha quitado un trabajo al que, en tu opinión, tenías derecho. Estás amargado, dolido, maquinas tu venganza, le lloras a quien quiera escucharte, pierdes el tiempo y una energía preciosa entregándote a la melancolía.
Te sientes tan desgraciado que haces mal tu trabajo, te conviertes en un compañero tan desagradable que te acaban despidiendo. Con todo derecho, te sientes abandonado y traicionado por la existencia, te apartas de ella, pero entonces te verás privado de las bendiciones que también, hace llover sobre tí. Te revuelves contra la realidad y te niegas a aprender la lección que te quiere dar.
En cambio, si permaneces en el espíritu del reiki (amor, conciencia), tal vez te des cuenta de que tu oponente merecía ese puesto, podrás reciclar tu energía hacia una nueva meta y la alcanzarás, aceptarás sacar las conclusiones y las lecciones que se te imponen; estarás en el buen camino para disfrutar de la vida en vez de aburrirte de ella, seguirás disponible con respecto a la existencia y podrás seguir sintiéndote llevado por ella.
La emoción puede ser eficaz para imponer una voluntad, pero tiene la desventaja de generar un karma: aquello de lo que te habías librado vuelve a tí; el estrés que habías vertido sobre alguien o sobre una situación se vuelve contra tí como un boomerang.
Una persona que se siente ofendida acabará vengándose más pronto o más tarde. Sin embargo, cuando siembras a tu alrededor amor y conciencia, pones todas las oportunidades de tu lado.
Las enfermedades engendradas por el enfado pueden ser: Infecciones, crisis nerviosas, trastornos cardiacos, vasculares, úlceras, despotismo.
Chinta B. Strübin
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